Hoy os dejo una receta de esas que te arreglan el cuerpo,
sobre todo de cara al invierno que ya se va acercando, o en esos días que estamos
un poco empachados y no nos atrevemos a comer algo que nos haga daño.
Este es un plato que se ha hecho de toda la vida en mi casa
y lo aprendí de mi madre, siempre que lo cocinaba y yo entraba por la puerta
sabia lo que era, deja un olor muy característico, al principio sabes que se
trata de sopa, pero sopa de qué?
Coged una cuchara que os dejo probarlo.
Ingredientes para las albóndigas:
½ kilo de carne de pollo picada (yo utilizo los muslos)
2 lonchas de jamón serrano
1 ajo
Perejil picado
Sal
1 huevo
Pan (o pan rallado)
Leche
Aceite
Azafrán molido (opcional)
Ingredientes para el caldo:
1 pechuga de pollo
1 puerro
1 zanahoria
1 hueso de sustancia
Sal
Agua
Elaboración:
Primero preparamos el caldo, para ello lavamos la carne y
limpiamos el puerro y las zanahorias, ponemos todo en la olla rápida junto con
el hueso de sustancia y un poquito de sal, cubrimos de agua y dejamos que cueza
durante unos minutos. Ah! se me olvidaba también suelo poner un puñado de
garbanzos (sin remojar) porque hacen el caldo más rico.
A continuación vamos quitando la espuma que forma la carne
al hervir y cuando ya no tiene nada de espuma cerramos la olla y la ponemos en
el 2, cuando sube el piloto, bajamos un poco el fuego y dejamos que cueza una
media hora.
Abrimos la olla cuando esté fría, colamos el caldo y
reservamos. La carne ya sabéis para lo que sirve no?, pues para hacer unas
buenas croquetas o también para una rica ensaladilla de pollo que ya publicaré
próximamente.
Mientras hacemos la sopa vamos preparando la masa de las
albóndigas, y como mi carnicera es muy apañá, ya me la da casi lista, resulta
que me pica la carne junto con un ajo y una ramita de perejil, así que ya solo
queda añadirle el huevo batido, picarle el jamón y añadirle la sal, el pan
rallado o bien unos trocitos de pan mojados en leche, yo las suelo hacer con el
pan rallado, pero con el pan mojado en leche suelen salir mas blanditas y mas
blancas.
Mezclamos bien toda la masa y si ha quedado blanda le
ponemos más pan rallado hasta que tenga un espesor que nos permita manipularla.
Ahora solo queda formar las albóndigas y freírlas en aceite
bien caliente. Hay quien las pasa por harina antes de freír, pero yo no porque
me salen más duras, lo que si hago es que me pringo las manos de vinagre para
hacer las bolas, y de esta forma no se te queda pegada la masa en las manos.